No seréis pocos los que a estas alturas no hayáis probado alguna vez el delicioso sabor (y saber) de una serie británica. Transgresoras como Misfits o Skins, elegantes como Downtown Abbey o recreando el humor de las sitcom de los ochenta y noventa en Los Informáticos (desaparecida desde 2010 tras cuatro temporada).
Si hay algo reprochable del sistema británico es la poca duración de cada temporada (de entre 3 y 6 capítulos). Eso sí, muchas de ellas se conciben como minitemporadas de capítulos largos, superando incluso la hora de duración. Y sobre todo... lo eterna que se hace la espera entre temporada y temporada, demasiado tiempo.
Pero en esta entrada voy a destacar dos: Sherlock y Black Mirror
SHERLOCK
Sherlock es como podeís imaginar una nueva versión del detective creado por Conan Doyle. Transportado al Londres actual y con un protagonista maniático, ambiguo, introvertido, maleducado, descarado y adicto a las nuevas tecnologías. Eso sí, todo un genio a la hora de analizar escenarios, manchas, gestos, posturas y hasta al más mínimo detalle imperceptible para cualquiera. Geniales son los momentos de vanidad que no puede evitar Sherlock cuando se dedica a analizar de arriba a abajo al primer incrédulo que le cuestione. Aunque las tramas de las tres temporadas han sido escritas para la serie la biografía de los personajes es prácticamente idéntica a la de las novelas originales: cómo se conocieron, por qué viven juntos... Incluso de alguna manera, sin ser Watson cronista y narrador de la historia como en los libros, sí es el hilo conductor que comunica la serie con el espectador ya que el personaje de Sherlock es distante tanto para los que están a su alrededor como para los que le vemos por la tele (o por el seriesyonkis)
Y sí, aunque haya dicho tres temporadas realmente son nueve capítulos porque cada temporada consta de tres episodios.
El tío Sam ya ha tomado nota y prepara el remake estadounidense ("Elementary") donde el Doctor Watson será interpretado por Lucy Liu. No sé si eso es bueno o es malo... Dejo un trailer y un Behind The Scene o mejor dicho, un Cómo se hizo de toda la vida para que cada uno valore cuál le gusta más. Pero vamos... muy bien lo tienen que hacer...
De momento la serie británica está parada por motivos de agenda de los actores aunque volverá para el año que viene lo más probable.
BLACK MIRROR
Y la otra serie es la cuanto menos inquietante Black Mirror. Sólo consta de una temporada de tres episodios. Cada uno dura hora y media. Lo que viene siendo una miniserie de toda la vida. Las historias de los tres episodios son independientes entre sí pero todas tienen una temática similar: la reacción de la sociedad frente a los nuevos cambios tecnológicos y a la presencia de los medios de comunicación. Historias impactantes, no sólo por su contenido sino también por su original continente. No puedo decir nada más que mucho he dicho ya. Cuándo mi amiga Ana me la recomendó sólo me dijo: "No puedo explicarte nada, sólo tienes que ver los primeros 15 minutos del primer episodio y ya me dirás". Ahí queda.
